Por: María Camila Murcia Castañeda
Ése es el dilema de todos los días. No digo que la televisión es únicamente un medio para informarse, culturizarse y alimentar su intelecto –claramente es un excelente medio para hacerlo– pero, tampoco digo que sea solamente de entretenimiento.
En mi caso, de la televisión colombiana, veo únicamente noticieros de los peores, a los menos peores y a los mejores: RCN, Noticias Caracol y Noticias Uno (en su respectivo orden); también, un reality, que ni siquiera es de origen netamente colombiano: La voz; y una novela: Niche –que anteriormente era reemplazada por Mentiras perfectas, otra que no tiene origen nacional–.
Desde que tengo memoria, resaltando que tengo 19 años, las novelas colombianas han estado vinculadas a un factor cultural de origen colombiano: la cultura narco, o en otros casos la violencia. A pesar de que estos factores están resaltados dentro de la sociedad y se presentan todos los días en televisión, sería necesariamente lógico que la gente se aburriera de estos temas. Pero, no; eso no pasa aquí en Colombia.
Para ver muertos, prefiero conectarme y ver The Walking Dead. Para ver adolescentes decididos a matar, prefiero ver una película como Hooligans. Para ver romances que terminan en tragedias, prefiero ver un drama coreano. Pero, todo eso está unido en una sola programación, noticieros colombianos.
Lastimosamente, el crimen es un equilibro social como lo decía Kant. Un profesor, se convierte en maestro para cambiar la perspectiva de un potencial ladrón; un policía se convierte en eso con el fin de brindarle seguridad a los demás. Y así sucesivamente, ¿qué pasaría si no existiera el crimen entonces?
Sería interesante crear una educación televisiva. De esta forma, la gente no vería los programas de una manera entretenida, sino también entraría a jugar una forma de ver netamente analítica. Aquí, se podría llegar a entender de un modo diferente todo lo que pasa en la programación colombiana y se iniciaría una mirada crítica de la situación social que se lleva actualmente.
Hasta el momento, sólo una vez he hecho un análisis de un programa de televisión; esto fue un trabajo académico para la universidad. ¿Qué tal si desde el colegio se empieza con esta iniciativa y se cambia la mirada de entretenimiento a una crítica?
